Desorden en las empresas de seguridad privada



El llamado a poner

orden no debe ser tomado a la ligera si se considera que existen cerca de

27.513 vigilantes privados que estan inscritos, de los cuales 26.145 cuentan

con permiso de portación de armas





El 65% de las 1.643 empresas de seguridad privada conocidas por

las autoridades operan en la informalidad. Las firmas llegan y se esfuman con

facilidad. La existencia efímera no es un fenómeno exclusivo de las empresas

informales. También es frecuente en las empresas con aspiraciones de acogerse a

lo legal.





Más de 500

aparecen en las listas de morosidad de la Caja Costarricense de Seguro Social.

Pero la mayor preocupación se centra en las 777 empresas cuya localización se

ha vuelto imposible para las autoridades.





Antes del 2016,

esas 777 empresas inscribieron 7.070 armas ante el Ministerio de Seguridad

Pública. Lo alarmante es que en esta fecha, las compañías desaparecieron y por

ende las armas. Los funcionarios de la Dirección de Servicios de Seguridad

Privada se esfuerzan por encontrar estas empresas y sus encargados, pero no han

tenido éxito. O bien no se ubican en los sitios señalados en el registro, y si

algunas todavía existen, habrían incumplido el requisito legal de comunicar el

traslado del negocio a otro local.





En conjunto con la Dirección

de Armamento, las  personas encargadas de

regular a las empresas de vigilancia privada encontraron motivos suficientes

para denunciar ante el Ministerio Público a los encargados de 280 de las 777

empresas desaparecidas. El resto podría sufrir la misma suerte cuando concluya

el proceso de recabar información.





Entre las armas que se

encuentran desaparecidas hay pistolas y revólveres de alto calibre, tales como

escopetas. La Policía teme la posibilidad de que ese armamento haya podido

parar en manos de la delincuencia. En suma, la revisión de los registros de la

industria de la seguridad arroja un panorama de enorme y de preocupante

desorden.





Más

del 67% de la venta de servicios de vigilancia en el país se contrata con

empresas informarles según podemos ver es necesario que se aplique la ley con

más rigor.





El llamado a poner orden no

se puede tomar a la ligera si se considera la existencia de 27.513 vigilantes

privados inscritos, de los cuales 26.145 tienen permiso de portación de armas.

Esto nos alarma ya que esto puede ser considerado un ejército, muy superior en

número a la Fuerza Pública. Si a los agentes inscritos se le suman los

informales, con toda seguridad los números serían sorprendentes.