Los clientes tratan de tener mejor servicio de seguridad privada, pero también quieren Seguridad Privada más barata.



En el caso público el contrato es implícito, pero igualmente existe.

Entonces ¿cómo quitaremos "grasa" de la organización?





Probablemente buscaremos disminuir el número de los otros colaboradores de la

empresa, en áreas no operativas y en niveles de supervisión, jefatura o

gerencia. De este modo pensamos que, si bien seguramente no mejoraremos la

calidad, al menos bajamos los costos. Pero ¿realmente se bajan los costos de

este modo?








LA ESTRUCTURA


Todos conocemos un organigrama. Es un diagrama que demuestra el sistema de

relaciones de rol. Esto significa que se esquematiza quien depende de quien -

al menos formalmente -, y qué nombre tiene cada posición.


En la situación ideal el organigrama formal se corresponde con el real. Esto

significa, por ejemplo, que las líneas informales de reporte coinciden con las

formales, que no sobran ni faltan posiciones ni niveles jerárquicos, que las

cadenas de responsabilidad son coherentes con lo que la empresa quiere lograr,

que cada colaborador es competente para cubrir el rol que tiene asignado,

etcétera.








LOS NIVELES JERÁRQUICOS


La cantidad de estratos jerárquicos que debe tener una empresa no es

caprichosa. Cada nivel existe para algo: tiene que hacerse responsable de

resolver cierta clase de problemas y de tomar ciertas decisiones que están de

acuerdo con la experiencia, entrenamiento, responsabilidad y autoridad

necesarios para ocupar ese nivel.





Cada nivel jerárquico, entonces, enfrenta una cantidad de problemas. Resuelve

los que corresponden a su propio nivel de complejidad, delega los que

corresponden a niveles subordinados, y eleva los que deben ser resueltos a

niveles más altos. Cuando la cadena está bien armada, cada uno se hace cargo de

la tarea por la cual se le paga: resolver problemas y tomar las decisiones que

corresponden a su nivel.








CUANDO SOBRAN POSICIONES


Una situación empresaria que se presenta de modo sorprendentemente

frecuente, es la proliferación de niveles jerárquicos, particularmente visible

en el sector público. A partir de estructuras iniciales sencillas y sin

complicaciones, el crecimiento provoca la creación no planificada de posiciones

de supervisión que a la larga parecen no justificarse.





En el sector privado puede ser, por ejemplo, que una empresa decida en cierto

momento que necesita una determinada posición adicional. Supongamos que se

trata de un supervisor, que depende de un jefe de operaciones. Incorpora

entonces a una persona que se hace cargo de cubrir el rol presuntamente vacío,

introduciéndose un nuevo nivel jerárquico en la empresa.





Luego, quizás cuando la persona renuncia o cuando es despedida en el intento de

disminuir los costos, casi no se advierten cambios en el funcionamiento de la

compañía. Allí, tarde, se advierte que esa posición no agregaba valor a la

empresa ni el Cliente, y que si en algún momento se justificó la creación de la

posición, ese momento ya habia pasado.


Desde una perspectiva organizacional, ¿qué ocurría en éste caso? Evidentemente

la estructura era inadecuada por exceso. Esa posición agregaba costo pero no

valor, y aquí se conseguía una disminución real de costo sin afectar la calidad

de servicio.








CUANDO FALTAN POSICIONES


Una segunda situación se da cuando la organización, para brindar sus

servicios de modo adecuado, debe tener cierta estructura mínima pero en

realidad no la tiene. Por ejemplo, supongamos que falta la posición de

"jefe de operaciones". En este caso no existe el rol funcional de

jefe, pero en la empresa hay que tomar decisiones que corresponden a ese nivel.

Deben ser resueltos problemas que superan el poder de decisión y la

capacidad de juicio del empleado, pero que no son tan complejos como para que

deban ser resueltos por el gerente.





Los problemas están, pero falta el escalón jerárquico para resolverlos. ¿Qué

ocurre entonces? En estos casos el gerente "baja de nivel", resuelve

a esos problemas y toma decisiones de nivel de jefatura. Esto suele insumir una

parte sustancial de su tiempo. La organización entonces obtiene un jefe caro -

ya que le paga sueldo de gerente - y un gerente ineficiente, que no puede

hacerse cargo completo de su responsabilidad gerencial.


Ante este vacío de gerencia, el gerente general se ve obligado a resolver

cuestiones que en realidad corresponden a su subordinado, ese gerente que está

haciendo el trabajo de jefe.