
Transporte de valores: un campo de acción para la seguridad privada
Como una de las
actividades más riesgosas en el campo de seguridad privada, así se ha
catalogado al transporte de valores. Una labor delicada que solo puede ponerse
en manos de especialistas que deben de seguir estrictamente un plan de
seguridad bien definido que permita la circulación de dinero en las calles de
ciudades y provincias con el fin de llegar de manera segura a las manos de las
personas.
Si bien, se
trata de una labor relativamente nueva adoptada de países desarrollados, el
transporte de valores crece y se convierte en un mercado competitivo
especializado gracias a que el segmento de clientes y proveedores es
relativamente limitado. Entre los principales clientes se encuentran los
bancos, cooperativas de crédito y financiamiento, grandes superficies, empresas
de servicios públicos, restaurantes, estaciones de peajes y gasolineras, así
como los comerciantes de oro, plata y joyas.
Para las
empresas de seguridad privada, prestar este servicio exige contar con
vehículos blindados, bóvedas para almacenamiento de los valores, entrenamiento
de personal especializado y manejo de tecnología avanzada. El sistema de
seguridad de estas empresas trabaja en conjunto con la Policía Nacional y el
Ejército quienes aportan ayudando a identificar los riesgos en temas como
delincuencia común en las ciudades y seguridad de movilidad en regiones rurales
de alto riesgo.
El proceso para
ejecutar el servicio comienza por una asesoría o consultoría en las que
mediante herramientas gerenciales se identifican las medidas necesarias a poner
en práctica. Una vez identificadas las necesidades particulares de cada
institución, se procede a implementar el servicio adecuado de seguridad física
y canina, escoltas, monitoreo con alarmas, video, integración sistemas
electrónicos, pruebas y estudios de confiabilidad a trabajadores, pruebas
psicofisiológicas con polígrafo, vigilancia a cajeros automáticos, recaudos y
pagos integrados, entre otros servicios.